sábado, 20 de agosto de 2011

Auschwitz: El infierno terrenal



Debo decir que nunca estuve en un lugar semejante. La sensación de real, de vívidamente cercano en el tiempo que este campo de concentración tenía fue escalofriante. Cerrar los ojos con la cantidad de muertes dadas por la guía, sumado al nudo en la garganta y en el estómago que perduró durante toda la visita fueron intensamente inmanejables y angustiantes. Nunca logré apreciar la vida tanto y agradecer a su vez por estar vivo. La masacre perpetuada por los nazis, ésa que leimos en libros y aprendimos en la escuela estaba ahí, frente a nuestros ojos, y no se podía voltear la vista. La perfección en la ejecutación de prisioneros, la utilización al máximo de los recursos para lograr un mayor rendimiento en la exterminación me dieron repulsión. Todo el campo estaba tan perfectamente conservado, que parecía que todo había tenido lugar dos años antes. Deseé realmente que todos pudiéramos tener la oportunidad de ir a este lugar, ya que lo que se puede aprender de las historias, es invaluable. Ojalá que no se vuelva a repetir algo semajante, aunque claro, Stalin asesinó incluso a más gente que Hitler, por lo que parece que es difícil aprender de las lecciones anteriores. Lo que sí recomiendo altamente, es leer cualquier libro de sobrevivientes a Auschwitz. Ahí sí que diremos: "¿Y yo de qué me quejo? ¿De que llego tarde, de que estoy estresado, de que mis compañeros de trabajo son unos ineptos?" "¡Ah, claro, me había olvidado! ¡Soy un boludo!" Y así es, la mayoría, somos unos terribles boludos. 

1 comentario:

Ronix dijo...

Qué lindo, César, quiero ver fotos! :D